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Opinión del Bar Venero, una referencia en los desayunos de Badajoz



Desayunar en Badajoz es un mundo aparte. El desayuno tradicional puede llevar caldillo o cachuela (una especie de paté) untado en pan tostado o incluso unas migas.

Todo esto lo puedes comer en este bar para desayunar. Nunca había estado en Badajoz antes y su fama le precede, porque me lo recomendaron varias personas y fue un acierto.


Está fuera del centro, pero muy cerca del paseo junto al río Guadiana y del Parque Castelar. Es un lugar sencillo, un bar de los de toda la vida. Pero lo más curioso es su horario: 365 días al año, desde las cuatro de la madrugada, has las 12’15 del mediodía. Obviamente es un bar para desayunar, como su nombre indica.

Excelente atención, rapidez, buenos productos y una cuenta súper barata. Yo no me atreví con las migas a las ocho de la mañana. Quizás en mi próxima visita.

   DESAYUNOS VENERO   
Av. Santa Marina, 49, 06005 Badajoz
Teléfono: 924 20 75 67

Visita la Terraza Azotea del Círculo de Bellas Artes sin hacer colas



A 56 metros de altura sobre la calle Alcalá, la Azotea del Círculo de Bellas Artes es siempre un lugar de moda para disfrutar de una buena copa en un entorno chillout mientras observas unas maravillosas vistas de la capital madrileña.




La entidad del Círculo de Bellas Artes fue fundada en 1880 por grandes artistas del siglo XIX. Originariamente su sede estaba situada en la calle del Barquillo y es en 1926 cuando se muda a su enclave actual, un hermoso edificio del famoso arquitecto Antonio Palacios, quien también diseñó los interiores de muchas de las estaciones del Metro de Madrid. Fue declarado monumento histórico-artístico de carácter nacional en 1981 y en la actualidad el inmueble tiene la consideración de Bien de Interés Cultural.

La terraza está coronada por una escultura de Juan Luis Vassallo que muestra la gran figura de Minerva, la diosa romana de la sabiduría y del arte, y el gran símbolo del Círculo de Bellas Artes.


Para acceder a la terraza tienes varias opciones:

🍹 Si sólo quieres ver la azotea: tienes que hacer la larga cola de la taquilla que hay en la calle. El precio es de 4€. En cuanto entras en el hall, vas directo al ascensor que te lleva a la azotea. Como el aforo es limitado, puedes estar mucho tiempo esperando en la cola.

🍹 Si quieres ahorrarte la cola: esta opción te saldrá tan sólo un euro más cara: 5€. Pasa de la cola y entra directamente en el hall. Allí hay unas máquinas en las que podrás comprar tu entrada para visitar las exposiciones temporales que se ofrecen en las distintas salas del edificio.

En ese momento los empleados no te dejarán subir directamente en el ascensor, sino que te llevarán a la exposición de la planta baja para que la veas antes. Luego puedes continuar por la primera planta, bajar al sótano o irte directamente a la azotea.



Es la mejor manera de llevarte una impresión completa del edificio. Podrás observar su arquitectura, aprender con sus exposiciones y acceder a la terraza. Merece mucho la pena, sobre todo los días en los que la espera se hace muy larga en la cola, porque hace viento, frío o excesivo calor.  



Qué ver en Tenerife en dos días: Itinerario


Este itinerario lo hice en pleno Puente de Mayo, con tan mala suerte que casi no pude disfrutar de las playas por el mal tiempo (sí, en las Canarias también hay días de éstos...). Por eso, se centra más en excursiones culturales y de naturaleza. Mi punto de partida fue el Aeropuerto de Tenerife y mi hotel, el 4Dreams de Puerto de la Cruz. Es intenso, pero se adecuó a mis necesidades y superó mis expectativas. Eso sí; descansar, lo justo, para aprovechar el tiempo al máximo y... quedarme con ganas de más. 


DÍA 1: 

1. Puerto de la Cruz: pasearse por su centro histórico en sí mismo es un aliciente. Tras recoger el coche en el aeropuerto a primera hora de la mañana, aproveché  para echar un vistazo a este pueblecito en el que estaba mi hotel. Por sus callejuelas hay terrazas y bares, así como en su paseo marítimo, aunque aquí no vas a encontrar muchos productos típicos, ya que todo está orientado a los guiris y a la sangría. Hay que callejear más. El pasaje de Agustín de Betancourt y la Calle San Juan son las arterias comerciales de este lugar. La zona del muelle (desde hay unas vistas espectaculares del Teide) y el complejo turístico Costa Martíanez es donde se concentra más gente. Allí hay un lago artificial y un casino. Para los que les guste, Loro Park está muy cerca. Yo decidí no visitar ningún parque temático, ni semejante, en mi rápida visita a la isla. El principal problema de este pueblo es el aparcamiento. La única solución es probar suerte junto al muelle, en una gran explanada habilitada para ello.

2. La Orotava:  en mi ascenso al Teide, me paré en este precioso lugar lleno de guachinches, al que luego volvería al día siguiente para cenar. Lo mejor es dejar el coche a la entrada del pueblo y recorrer el centro histórico a pie tranquilamente. Cuenta con cuatro museos y varias casas señoriales que se pueden visitar, la más famosa es la Casa de los Balcones. Desde el Mirador de Humboldt hay unas vistas impresionantes.

Hay que tener cuidado cuando lo pongas en el GPS, al ser el municipio más extenso de la isla, se confunde y las indicaciones llevan a otro sitio cerca del Teide, que está también incluido en su término municipal.


Lo que me llevó allí, además de su historia y su centro histórico, fue la famosa Casa Egon, una pastelería centenaria. Empezó su andadura en 1916 de manos de un repostero alemán que iba de camino a las colonias africanas y que se quedó en la isla tras el estallido de la Primera Guerra Mundial. Su famoso descendiente me trató con una alegría increíble. Sus dulces, una delicia.


3. Subida al Teide: mi siguiente parada fue el teleférico del Teide, para el que había sacado los tickets con mucha antelación para que me cuadraran las horas. No tuve la oportunidad de subir al pico ya que, por mucha antelación con la que miré, no hubo manera de hacerme con una entrada.

El ascenso en coche se convirtió en una aventura con un coche tan pequeñito como el mío. Parecía que ya no tiraba más. Así que te aconsejo que te alquiles un coche con motor potente. Lo más espectacular es pasar del sol de La Orotava, a la humedad, las nubes y la nieblina. De repente, atravesar las nubes y encontrarte ante un sol tórrido y un paisaje desértico.

El teleférico te deja a unos 200 metros de la cima. El resto hay que hacerlo a pie. Las vistas, a 3.718 metros de altitud, son impresionantes con las nubes debajo.
👉 Más información.


4. Los Roques de García: Si no los encuentras en el GPS, pon para ir al Parador del Teide, ya que los Roques están en frente. Allí hay un aparcamiento y un sendero que los recorre. Estas increíbles formaciones rocosas fueron emblemáticas en España por aparecer en los billetes de 1000 pesetas. Lo más famoso es hacerte una foto delante de ellos, con el Teide al fondo.


5. San Cristóbal de La Laguna: ciudad Patrimonio de la Humanidad (lo merece). Hay un aparcamiento con gorrillas a la entrada, cerca del Ayuntamiento. Desde allí, hay que caminar un poquito para encontrarte con la sorpresa de su centro. Sin duda, el más bonito que he visto en esta isla. Los edificios más emblemáticos son la catedral y la torre de la iglesia de la Concepción.
6. Santa Cruz de Tenerife: La verdad es que, después de visitar La Laguna, Santa Cruz no me llamó tanto la atención. Me arrepentí de no haberme quedado más tiempo allí. Su zona más visitada es la del puerto. En el se concentra el Castillo de San Juan Bautista y el auditorio. En  la misma Avenida de la Constitución, hay muchos lugares para aparcar. Andando un poquito, no mucho, puedes ver otros edificios emblemáticos, como la Torre de San Andrés, la Iglesia de La Concepción, la Iglesia de San Francisco de Asís o el Museo de la Naturaleza y el Hombre.


Vuelta al hotel, para dar un paseo nocturno por Puerto de la Cruz y cenar algo típico. 



DÍA 2:

1. Playa de los Cristianos: esta playa es uno de los destinos más populares del sur de la isla y punto de partida para la mayoría de tours por la costa de Adeje o de Arona. Cerca de aquí se encuentran parques temáticos como Siam Park y Aqualand. El paseo marítimo de Los Cristianos está lleno de restaurantes y tiendas de souvenirs y es un ir y venir de gente continuo. Yo aproveché para desayunar aquí mientras hacía hora para mi excursión de submarinismo con el Centro de Buceo Ocean Dream.



2. Buceando en Adeje: Costa Adeje ofrece una increíble variedad de lugares para bucear, con gran abundancia de flora y fauna. Está rodeado por las aguas subtropicales del Atlántico, con una atmósfera que hace que el buceo sea posible durante todo el año.

Es algo imprescindible si vas a la isla. Hay multitud de empresas que se dedican a esto y ofrecen precios similares. La mía la reservé a través de Yumping. Un bautismo de buceo (no había buceado nunca) con tortugas. Normalmente se ven tortugas gigantes en Adeje. No fue mi caso, aunque vi muchos otros animales acuáticos. La actividad, mientras te dan la explicación preparatoria, los traslados y el buceo, duran unas 3 horas.



3. Acantilado de los Gigantes: otro de los imprescindibles de la isla. Después de comer me fui al Puerto de Santiago para pasear un rato mientras salía el barco. La excursión la hice con Marítima Acantilados y fue una experiencia genial. Increíbles vistas de enormes paredes de piedra volcánica que superan los 600 metros de altura. Y acompañados por peces voladores que saltaban de vez en cuando. Lo más fascinante fueron las vistas de los acantilados en la bajada del barranco de la Mascá. Una pena que, por falta de tiempo, no pudiera hacer el recorrido completo de senderismo a través del barranco. Pero para eso hay que reservar toda una mañana, como mínimo, y el tiempo iba muy justo.


4. Icod de los Vinos y el Drago Milenario: el último imprescindible de mi viaje era el Drago Mileranio. Desde Los Gigantes recorrí en coche el duro ascenso que separan estos puntos, con lluvia y niebla, subiendo y subiendo. Pero el drago lo merece. Este pueblo describe muy bien la arquitectura típica canaria, con sus casitas bajas, balcones y techos de madera y callejuelas empedradas. Desde la plaza se obtienen unas maravillosas vistas del drago sin tener que pagar por entrar. El drago es uno de los ejemplares más antiguos del mundo, con una base de 20 metros de perímetro y 16 metros de altura. Si tienes tiempo, desde Icod de los Vinos también se puede acceder al tubo volcánico más largo de Europa, la Cueva del Viento. Desgraciadamente, no había entradas disponibles. Si quieres visitarla habrá que comprarlas online con mucha antelación. Cierra los lunes y los domingos, sean festivos o no.


5. De guachinches: no podía dejar la isla sin ir de guachinches, los tradicionales bares de tapeo canarios. Hay que decir que algunos están bastante escondidos y basta con preguntar a los locales para que te den un listado bueno que se aleje de los atrapaguiris. La primera vez lo intenté en El Cordero, cerca de la Playa de las Galletas, me había hablado maravillas de él. A mí y a miles de clientes que hacían cola en el aparcamiento. No había ni sitio para aparcar en la carretera. Y estaban dando hora para las 5. La segunda vez fue a la vuelta, para cenar en La Orotava. Experiencia genial. Más que de tapas, son sitios para comer raciones. Platos generosos, de comida típica canaria, a un precio de risa. Menos de 10€ con vino, agua, una ración de queso frito y otra de carne de fiesta. 


         
    Guachinche La Casona



Tabernas con historia: Tasca La Manchega - Jaén


Un clásico de los bares de Jaén

Continuando con la ruta de las tabernas con más solera de la capital jiennense llegamos a pleno centro histórico, cerca de la Catedral, donde hay unos callejones estrechitos, peatonales y llenos de bares y tabernas. Aquí se encuentran auténticas joyas de la gastronomía de Jaén.

Uno de los que más renombre tiene es La Manchega, que abrió sus puertas en 1886. A él se puede acceder por dos calles distintas: Bernardo López y Arco del Consuelo.

El bar es amplio pero, al ser tan famoso, se llena en las horas puntas. La decoración es normalita, con muchos cuadros del toreo y objetos antiguos por doquier.  Como es tradición en Jaén, cada consumición viene acompañada de su tapa correspondiente. No se eligen, pero son generosas. Y el precio es bastante asequible, su menú cuesta 9€. Lo más tradicional que tiene para los jiennenses son sus bocadillos (desde 2€).

Para comer (de menú o de raciones) se puede bajar al salón que tienen en la bodega, con decoración tradicional y solera. Un sitio de los de antes, con sus sillas de enea. 


            TABERNA LA MANCHEGA              
Calle Bernardo López, 8. Jaén
Teléfono: 953 232 192

Tabernas con historia: El Zurito de Jaén – Un sitio con solera


La verdad es que la primera vez que pisé este local pensé… ¿pero dónde estoy? Parecía haber retrocedido en el tiempo unas cuantas décadas. Una mezcla del bar de Aída (con el bigote de Mauricio Colmenero incluido) y el mítico Casa Pepe de Despeñaperros. Y he de decir que, después de aquella visita, ya he ido varias veces. 

¿Detractores o seguidores?

He escuchado muchos calificativos de esta taberna que van desde los detractores más acérrimos (antro, tugurio, vieja gloria, facha…), hasta sus seguidores más incondicionales (comida buenísima, solera, de los de antes, auténtico…). Como siempre digo, no hay que dejarse influir cuando tenemos opiniones tan diversas de un sitio. Hay que ir, verlo y decidir por uno mismo. Si quieres un sitio con solera para tapear en Jaén, yo no me lo perdería, aunque sólo fuera por tener una experiencia más y conocerlo. Al menos, curioso para la época en la que estamos, sí que puedo afirmar que es.   Yo creo que si lo acondicionaran y lo renovaran, dejaría de entrar tanta gente. Aunque su andadura comenzó en 1912, su situación actual data de 1982. 


Nada más entrar ya la atmósfera te envuelve. No hay un lugar de la pared que pase desapercibido. Siempre hay algo que descubrir. Lo primero que llama la atención son las decenas de gorras militares y de otros Cuerpos de Seguridad que aparecen amontonadas en la estantería. Después, hay que fijarse en las fotos que hay por todos lados. Muchas de ellas son en blanco y negro, del Jaén antiguo; otras son de algunas de las “glorias” que han pasado por aquí (como Jiménez Losantos). No faltan las fotos familiares, de Franco, del Rey Juan Carlos… Banderas de España, calabazas y jamones colgando del techo, sartenes y cacerolas; incluso el televisor de tubo… todo contribuye a la idea de estar en un sitio de otra época.



Los camareros van ataviados con su uniforme que, como no podía ser de otra manera, es un polo con la bandera de España y el mítico “soy español” bordado.


Si quieres comer aquí, lo tendrás difícil. El local es pequeñísimo y en el apartado reservado para comedor sólo caben 10 personas. Así que hay que reservar con tiempo. Siempre que he ido estaban atestados (bar y restaurante).  En cuanto a comida, tiene muy buena fama. Yo sólo he estado en la barra, en la que tampoco hay sitio para sillas. Las tapas no se eligen, suelen ir por número. Por ejemplo, la primera ronda viene acompañada de huevos de codorniz con jamón y patatas. Los precios son muy asequibles. 

Si quieres saber más sobre El Zurito, aquí te dejo el vídeo que le hicieron al dueño (antiguo jugador de fútbol y continuador de la saga familiar de este bar) hace unos años para la Revista TodoJaen:


   TABERNA EL ZURITO   
Calle del Rastro, 4      Jaén
Teléfono: 605 988 016





14 sitios imprescindibles qué ver en Logroño en un día y dónde tapear


Lo ideal sería quedarse más de un día para poder disfrutar de todos los atractivos que presenta esta ciudad, pero si no te es posible… aprovecha al máximo. La suerte es que Logroño es muy manejable y se puede recorrer a pie fácilmente, sin tener que preocuparse por el coche.

Qué ver en Logroño

1. La calle Portales: zona peatonal colmada de edificios victorianos con unos preciosos soportales. Llena de tiendas, terrazas y bares. Siempre animada, atraviesa el centro histórico para llegar a la Concatedral y la Plaza del Mercado.

En el nº 50, tienes la Oficina de Turismo de La Rioja, para aprovisionarnos de mapas, horarios, precios y recomendaciones. Párate un momento delante del Monumento al Peregrino, antes de seguir adelante.


2. El Cubo de Revellín, las murallas y la Puerta de Carlos V: justo en la calle de al lado tienes nuestra primera parada. Construido en el s. XVI, este cubo artillero constituye la mejor conservación de las murallas del Logroño de la época. Tuvo un papel especialmente relevante durante la Guerra de la Independencia. Hoy se puede visitar gratuitamente. Dentro hay un pequeño museo que, mediante audiovisuales y paneles, explica la historia de este monumento. Las vistas desde la parte superior, descubierta, son magníficas. 


3. El Museo Regional de La Rioja: Instalado en un palacio del s. XVIII, en el que vivió más tarde Espartero, recorre la historia de La Rioja desde la Prehistoria hasta el s. XX, a lo largo de tres plantas. Piezas importantes son las Tablas de San Millán, pinturas de El Greco, Navarrete, Ribera y Alonso Cano.  El acceso es gratuito.  👉 Más información.



4. El Teatro Bretón de los Herreros, pronto verás al Parque del Espolón. Su estatua central del General Espartero, es punto de quedada para los logroñeses.


5. El Muro de Cervantes: volviendo al casco antiguo por el Muro del Carmen, llegarás a la Plaza Amos Salvador, a la derecha quedaría el Ayuntamiento y el Muro de Cervantes, una curiosa calle cuyos edificios presentan unas fachadas estrechísimas, como en Amsterdam, pero mucho más señoriales y elegantes.


6. La Iglesia de San Bartolomé: desandando lo andado, desde la Plaza Amos Salvador tienes dos edificios importantes: el Palacio de los Chapiteles, antiguo Ayuntamiento y hoy sede de la Consejería de Cultura, Deportes y Juventud del Gobierno de La Rioja; y la Iglesia de San Bartolomé, la más antigua de la ciudad (s. XII). Tiene un bonito pórtico y una torre mudéjar del siglo XVI.
Wikipedia
7. La Concatedral de Logroño: enlazando de vuelta a la peatonal calle Portales, llegarás tranquilamente a la Plaza del Mercado. Allí se encuentra el edificio más característico de todo Logroño: La Concatedral. Templo del siglo XVI, con una monumental portada dedicada a la Asunción y sus dos torres gemelas del XVII. En su interior guarda un pequeño cuadro de la crucifixión atribuido a Miguel Ángel. Sorprendentemente, la entrada aquí también es gratuita.


8. La iglesia de Santa Mª de Palacio: construida en el s. XII sobre un antiguo palacio perteneciente a Alfonso VII de Castilla. Destaca su aguja gótica piramidal.


9. La Reja Dorada y el Centro de la cultura del Rioja: cerca de la iglesia hay dos puntos importantes: el primero es La Reja Dorada, una antigua casa señorial (convertida hoy en restaurante) en la que vivió Jacinta Martínez de Sicilia, Duquesa de la Victoria y mujer de Espartero. Hasta hace poco fue la bodega más antigua de la ciudad. El segundo es el Centro de la cultura del Rioja, con su fachada morada. La arquitectura moderna de su interior contrasta con el exterior del siglo XVI. Se puede entrar al patio gratis, pero para visitar las bodegas hay que pagar la entrada.



10. El Puente de Piedra: atravesando la rotonda para acercarte al Ebro, cruzarás el Puente de Piedra. El original data del siglo XII. Desgraciadamente en 1871 se derrumbó y el que ves hoy es una obra de 1884. Con sus 198 metros de largo y sus siete arcos, actualmente es uno de los símbolos de Logroño, apareciendo en su escudo y siendo el lugar de entrada del Camino de Santiago a la ciudad.


11. La Casa de las ciencias: justo al final del río. Si no tienes tiempo para entrar, puedes descansar un ratito junto a su entrada, donde también hay algunos artilugios para hacer experimentos.


12. El Puente de Hierro: la vuelta al centro la puedes hacer cruzando este puente, de 1882. También se conoce como Puente de Sagasta, ya que fue él quien impulsó su construcción.


13. Iglesia de Santiago el Real: dando un paseíto por el Parque del Ebro, volverás al casco histórico para ver la Iglesia de Santiago el Real. Situada en el casco antiguo de Logroño, en esta iglesia se reunía el Concejo Municipal y se guardaban los documentos más importantes del Ayuntamiento. Comenzó a construirse en 1513 y posee una nave de tres tramos con crucero. La fachada está decorada con dos esculturas del apóstol Santiago: en una aparece representado con los hábitos de peregrino y en la otra como guerrero a caballo. El templo se encuentra junto a la Plaza de Santiago, en cuyo suelo se reproduce un singular juego de la oca con motivos relacionados con el Camino de Santiago.


14. La calle Ruavieja: tu paseo acaba regresando por la famosa calle Ruavieja, paso indispensable para cualquier peregrino, por la que volverás al inicio de la ruta.


Dónde tapear en Logroño

Tanto paseo, da hambre. Y Logroño es un sitio estupendo para tapear. Dos son los centros más famosos del tapeo logroñés:

 ▪ Calle Laurel: paralela a la calle Bretón de los Herreros, donde estaban las antiguas murallas. En ella se ubicó el bar más antiguo de la ciudad, el Blanco y Negro, que hoy sigue existiendo. A lo largo de sus 200 metros hay más de 60 bares y restaurantes, sitios indispensables para disfrutar de unos pinchos y unos riojas. 👉 Más información.

 ▪ Calle San Juan: está decorada con placas en el suelo con imágenes de los monumentos más importantes de La Rioja y con un panel informativos sobre los bares de la zona y sus pinchos más representativos. A lo largo de sus 150 metros hay más de 20 bares. Esta calle es mucho más barata que la Laurel.
A la zona de pinchos compuesta por las calles Laurel, Albornoz, San Agustín, San Juan y Travesía del Laurel, se las conoce popularmente como "La Senda de los Elefantes", ya que se dice que todo el que entra sale con trompa y a cuatro patas.