Mostrando entradas con la etiqueta Cáceres. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cáceres. Mostrar todas las entradas

Qué ver en Plasencia en un día, pueblo de entrada al Valle del Jerte



Plasencia es la ciudad que da entrada al Valle del Jerte y donde comienzan (o acaban) las rutas para ver sus famosos cerezos en flor, aunque oficialmente no pertenezca a éste porque reza como ciudad independiente, no está adscrita a ninguna comarca.

Su fundación se remonta al siglo XII, dentro de las campañas de Alfonso VIII para la Reconquista, teniendo al oeste la frontera del reino de León y la de los musulmanes al sur. La frontera leonesa estaba marcada en esta zona por la Vía de la Plata, una importante calzada romana que hoy se usa como ruta de senderismo.

Actualmente, con poco más de 40.000 habitantes, es el segundo núcleo más poblado de la provincia de Cáceres y el cuarto de Extremadura.


Qué ver en Plasencia en un día

1. Las Murallas: Plasencia estaba rodeada por una gran muralla construida en el siglo XIII. Contaba con siete puertas y dos postigos. La principal es la puerta de Trujillo o de la Salud. De 71 torres que vigilaban el acceso al interior hoy sólo quedan 21, siendo la más importante la Torre Lucía, que alberga actualmente el Centro de Interpretación Medieval de la ciudad.


2. La Plaza Mayor: plaza porticada, centro del casco histórico de Plasencia. Presidida por el edificio del Ayuntamiento (s. XVI) y por el de la antigua cárcel (s. XVII), de ella nacen las principales calles del casco antiguo, que estaban conectadas con las puertas de las murallas. Está llena de bares y restaurantes.

3. El abuelo Mayorga: si miras arriba, en el edificio del Ayuntamiento, verás al personaje más famoso de Plasencia. El abuelo Mayorga es un autómata relojero que da las horas en la plaza. Existen testimonios que hablan de él desde el siglo XV, aunque la pieza actual pertenece a principios del XX.


4. Las dos catedrales: 

⬢ La Catedral Vieja: la Catedral de Santa María data de los siglos XIII-XIV y refleja la transición del románico al gótico. Lo que más llama la atención de ella es la Torre del Melón, cuyo nombre se debe a la bola que tiene en su parte superior.


La Catedral Nueva: en el siglo XVI la antigua catedral se quedó pequeña y construyeron esta ampliación con portadas platerescas. En su interior está la tumba de Ponce de León. Las dos catedrales están unidas por medio del claustro.


5. La Casa del Deán: justo en frente de la catedral, se levanta este palacio del siglo XVII, cuyo balcón corintio neoclásico llama la atención de todos los visitantes. Hoy es una sala de exposiciones.



6. El Palacio de los Monroy: se trata de la mansión más antigua de Plasencia (s. XIII). Se la conoce como la Casa de las Dos Torres por las dos torres que tenía antiguamente y en ella se hospedaron personajes como el rey Fernando o San Pedro de Alcántara. Una de sus torres se derribó por el mal estado que quedó tras el Terremoto de Lisboa (s. XVIII), que también se sintió en la ciudad.

7. La Casa de las Argollas: casa palaciega que debe su nombre al conjunto de argollas que muestra en su fachada y que simbolizan la especial jurisdicción que ésta tenía (derecho de asilo, derecho de portazgos…). En esta famosa casa se llevó a cabo la boda entre la reina Juana de Castilla, con Alfonso V de Portugal.

8. El Palacio del Marqués de Mirabel: la edificación civil más importante de Plasencia fue mandada construir en el XV por Álvaro de Zúñiga, Duque de Plasencia. el palacio está conectado con la iglesia y el convento de San Vicente Ferrer a través de un jardín colgante, y en su interior se encuentra el Museo de Caza.

9. La Capilla de las Claras: la Oficina de Turismo de Plasencia se encuentra ubicada en este antiguo convento del sigo XV.

10. El Parador Nacional: situado en el magnífico convento de Santo Domingo del siglo XV, sus estancias están construidas con paredes de piedra y techos abovedados. El antiguo convento fue construido por los condes de Plasencia como promesa para que mejorase la salud de uno de sus hijos. Para ello tuvieron que expropiar los terrenos de la antigua sinagoga mayor de Plasencia y parte de la aljama judía.

11. La Iglesia de San Nicolás: de elementos románicos y góticos.  Las capillas del interior de la iglesia fueron utilizadas como lugar de enterramientos de nobles de la villa, como la de D. Francisco de Loaisa o la del obispo de Coria Pedro de Carvajal Girón.

12. El Acueducto de Plasencia: su construcción se llevó a cabo en el siglo XVI para traer agua desde las sierras de El Torno y Cabezabellosa.

Dónde aparcar gratis en Plasencia

Plasencia por ahora se libra de la zona azul para aparcar. No obstante, su centro es difícil para transitar con el coche y para encontrar aparcamiento.

Lo mejor es alejarse un poquito del centro y buscar hueco por el Paseo de la Ribera, por la Avenida del Valle (Paseo Caño Soso), o por la Avenida Juan Carlos I (algo más alejada).


Otras visitas cercanas: 

➤ Ruta de los cerezos del Valle del Jerte
➤ Senderismo: Cómo llegar a Los Pilones de la Garganta de los Infiernos





Ruta de Senderismo - Cómo llegar a Los Pilones de la Garganta de los Infiernos



La mejor época para visitar la Garganta de los Infiernos es la primavera, cuando los cerezos del Valle del Jerte están en flor y puedes disfrutar de una maravillosa vista que te acompañará durante toda la carretera. Aunque si lo que quieres es bañarte en Los Pilones, sin duda, el verano es tu estación.

A unos 3 km de Cabezuela del Valle, siguiendo la N-110 que recorre el Valle del Jerte, se encuentra el Centro de Interpretación de la Garganta de los Infiernos. Planifica bien tu visita, porque en temporada alta los parkings se llenan de momento y no dejan pasar a nadie más. Por cierto, su precio no es nada desdeñable: 5€ por vehículo (aunque aparques en la carretera).


Ruta de Los Pilones

Es la más sencilla y la más visitada dentro de la Reserva Natural. Su acceso está señalizado junto a la carretera principal. No tienes que desviarte al Centro de Interpretación, sino seguirla atravesando el puente y estando atento a las señales que aparecen a la derecha. De todos modos, no tendrás pérdida. Si ves a un montón de gente subiendo unos escalones a la derecha, vas por buen camino.


El primer tramo consiste en una subida de escalones de madera y de piedra, rodeados de robles y castaños.

Cuando se acaban los escalones, el bosque se abre dando lugar a un bonito mirador del valle.

A continuación, el camino se estrecha de nuevo y se llena de helechos y sombras más adelante.


Una vez arriba, se llega a una amplia carretera (sendero forestal) utilizada por los transportes autorizados que, previa contratación de una excursión, llevan a los turistas que no quieren o pueden andar tanto, desde el Centro de Interpretación hasta allí.

El problema es que el camino acaba en una fuerte pendiente empedrada, que hace los tobillos polvo, tanto en la bajada, como en la subida.


Al final de la cuesta, te encontrarás con tu destino: Los Pilones. El granito se ha ido erosionando con el paso de los años, dando lugar a estas magníficas pozas que embellecen el paisaje. A estas pozas de forma circular las llaman las Marmitas del Gigante.




Camino de vuelta por el sendero forestal

La vuelta se puede realizar por donde has venido, o volviendo a la carretera en la que paraban los coches de las excursiones y continuando por ella cuesta abajo. Eso sí, da igual el camino que escojas: la cuesta arriba empedrada no te la quita nadie.

En mi caso, elegí esta última por hacer la ruta circular y ver un nuevo paisaje. Además, como casi todo el mundo sube por el mismo sitio, es más incordio bajar por allí encontrándote a tanta gente de cara.


Este camino es más tranquilo y muchísimo más amplio. Es un poco más largo (300 metros). Pero como es más sencillo, todo cuesta abajo y con el firme en buen estado, al final tardas lo mismo en llegar abajo.

Cuando lleves un poco menos de la mitad andado, verás el Chorrero de la Virgen, un espectacular mirador desde el que observar Riscoencinoso, así como la Cascada del Manto de la Virgen.



🌳 Longitud: aproximadamente unos 6 km (ida y vuelta)

🌳 Duración:  un poco más de dos horas (ida y vuelta)

🌳 Llevad protección solar y agua.

🌳 Dificultad: fácil.

🌳 Indicaciones:

                ⬤ Subida: señales verdes
                ⬤ Bajada por el sendero forestal: señales rojas.

🌳 Precio del parking de la Garganta de los Infiernos: 5€

11 sitios imprescindibles que ver en Trujillo, uno de los pueblos más bonitos de España



Habitada desde la época prerromana, su fama se extendió por todo el mundo durante el siglo XVI por ser Tierra de conquistadores. Francisco Pizarro, Diego García de Paredes y Francisco de Orellana nacieron aquí, e importantes indianos volvieron de América con las arcas cargadas de monedas con las que construyeron caserones y palacios que han ido configurando el centro histórico de la ciudad. Su monumentalidad es tan rica que le han conferido el título de ser uno de los Pueblos más bonitos de España, así como de servir de escenario para la serie Juego de Tronos, hecho que ha provocado que un aluvión de turistas de todo el mundo la visiten más cada año. 


Sus calles, sus tiendas de productos extremeños y sus restaurantes en los que degustar los menús de la zona (como el siempre abarrotado La Troya), hacen que sea una de las visitas imprescindibles de Extremadura.


Qué ver en Trujillo

1. Plaza Mayor: es uno de los lugares más fotografiados de Trujillo, con su estatua ecuestre del conquistador Pizarro dominando todo el entorno. Hoy está llena de restaurantes y tiendas de souvenirs en los que degustar la cocina típica extremeña. La plaza está rodeada de magníficas construcciones, como:

➥ Iglesia de San Martín: se levantó en el siglo XVI sobre un antiguo templo del XIV que había quedado muy deteriorado durante la Guerra de Sucesión a la corona de Castilla entre Juana La Beltraneja e Isabel de Castilla. Su estructura es una mezcla de estilo gótico-renacentista. Durante mucho tiempo fue el lugar en el que se reunía el Concejo de Trujillo y donde se recibieron a personalidades importantes, como Carlos V y Felipe II.

➥ Palacio de los Duques de San Carlos: construido en el siglo XVI, tiene una impresionante portada plateresca y un conjunto de chimeneas mudéjares.

➥ Palacio de los Marqueses de Piedras Albas: pertenece al siglo XVI y presenta influencias florentinas.

➥ Palacio de los Marqueses de la Conquista: fue la residencia de Hernando Pizarro. En su balcón esquinero se pueden ver los bustos de la familia y su escudo de armas.

➥ Palacio de los Chaves Cárdenas: edificio gótico del siglo XV en el que estaba ubicado el Ayuntamiento Viejo.

➥ Casa de la Cadena: convertido actualmente en un restaurante, debe su nombre al símbolo del privilegio de asilo real, concedido por Felipe II en el siglo XV.


2. Puerta de Santiago: también conocida como la Puerta del Sol, constituyó uno de los puntos clave en la defensa de la ciudad. Está formada por un arco de medio punto coronado con siete almenas y en ella aparecen los escudos de los Reyes Católicos y de los Altamiranos. Por ella entraban los peregrinos que iban hacia Santiago de Compostela desde el sur de la península.


3. Murallas: la muralla de Trujillo rodea el Conjunto Histórico de la ciudad. Fue levantada en el siglo X por los musulmanes y en la actualidad se conservan 17 torreones y 4 puertas.

4. Alcazaba de Trujillo: los árabes lo construyeron en el siglo IX en la zona alta del cerro Cabezo de Zorro aprovechando materiales de construcciones romanas cercanas. Su estructura consta de un Patio de Armas con dos aljibes y de una Albacara, en cuyo interior se halla una antigua ermita dedicada a San Pablo, que conmemora el día en el que se reconquistó Trujillo (25 de enero de 1232). Su importancia defensiva fue tal que, durante el reinado de Pedro I, se decidió guardar aquí las riquezas de la Corona, por considerarla una de las fortalezas más seguras del reino. Precio: 1'50€


Su fama se ha extendido aún más por servir de escenario para la serie Juego de Tronos, convirtiéndose en uno de los castillos defensivos de Desembarco del Rey (Capítulo El dragón y el lobo – Temporada 7)


5. Museo Pizarro: esta casa solariega del siglo XV, ha sido convertida en museo afirmándose que en ésta nació Francisco Pizarro. A pesar de que existe mucha controversia con respecto a ello, el museo bien merece una visita para conocer la estructura clásica de una casa de la época, así como para saber cómo se vivía durante los primeros años en los que los conquistadores estuvieron en América. Horario: de 10’00 a 14’00 y de 17’00 a 20’00. Precio: 1’40€.

6. Museo de la Coria: situado en el antiguo convento de San Francisco el Real, en él se recoge lo más importante de la relación entre Extremadura y América, fruto de la cual nació la cultura mestiza. Precio: Gratis.


7. Iglesia de Santa María la Mayor: construida sobre un antiguo templo románico edificado sobre la mezquita alhama de Torgiela musulmana que se utilizó hasta el siglo XIII, tras la reconquista se consagró a la Virgen María de la Asunción. Su estructura más antigua es la de la torre campanario, que data del siglo XIII, y en la que se puede ver esculpido un escudo del Athletic Club de Fútbol. Éste se añadió a la torre cuando Antonio Serván, el que se encargó de su reconstrucción a finales del XX, le quiso hacer un homenaje a su club favorito. Precio: 1’40€.


8. Antigua Alberca: de origen romano, la estructura que se conserva es una poza islámica de la época de los Omeya. Excavada en la roca, tiene más de 14 metros de profundidad y el acceso a ella se hace a través de una escalera de finales del siglo XV.

9. Palacio Juan Pizarro de Orellana: sobre un antiguo edificio militar, Pizarro construyó un gran palacio que cuenta con dos torres rectangulares, un balcón renacentista, un patio con balaustrada, aljibes y una escalera de caracol. Cervantes se alojó en él durante su estancia en Trujillo.


11. Torre del Alfiler: su nombre proviene de la terminación de su cúpula, en la que hay una varilla. Se construyó en el siglo XIV en estilo gótico. En ella se pueden ver los escudos de las familias Chaves y Orellana fabricados con cerámica de Talavera de la Reina. Precio: 1’40€





Qué ver y qué comer en Guadalupe



Después del Camino de Santiago, Guadalupe está considerado el centro de peregrinación más importante de España. Santiago es el patrón de España y Guadalupe es la patrona de todos los territorios de habla hispana.


Hasta este precioso enclave, Patrimonio de la Humanidad y perteneciente a la red de Los pueblos más bonitos de España, llegaron personajes tan famosos como Miguel de Cervantes o Fleming, quien realizó sus prácticas de doctor aquí.

La visita a Guadalupe va más allá del Real Monasterio. Sus callejuelas y plazas están llenos de lugares pintorescos, que están más alejados del griterío de la gente que inunda la plaza principal, a las puertas del templo. Caminar por ellas, detenerse en sus tabernas y saborear algunos de sus productos típicos, harán también que tu visita merezca la pena. 


Qué ver en La Puebla de Guadalupe

1. Real Monasterio de Guadalupe: Patrimonio de la Humanidad desde 1993, su origen se remonta al siglo XIV, cuando Alfonso XI ganó la batalla del Salado contra los musulmanes encomendándose a la Virgen de Guadalupe. En su honor mandó construir una impresionante iglesia en el lugar en el que se encontraba una pequeña ermita, levantada donde, según cuenta la leyenda, la Virgen se le había aparecido años atrás a un pastor (más tarde “identificado” como Gil Cordero de Santa María).


En la época de Alfonso XI el lugar estaba en ruina. Así que, lo mandó embellecer para agradecérselo a la Virgen. En 1394, el santuario consiguió la bula transformándose en un monasterio cuya popularidad fue creciendo con los años. De hecho, fue aquí donde se encontraron los Reyes Católicos con Colón y desde donde mandaron las órdenes para que le entregasen dos de las carabelas con las que llegó a América.


Hoy preside el pueblo. Miles de peregrinos lo visitan cada año, así como peregrinos que realizan su particular camino hasta este lugar santo, sin mucha ayuda, porque no existe ninguna red de albergues asociados como ocurre en el Camino de Santiago.

Para visitarlo basta con comprar la entrada en la oficina y esperar a que se llene el vestíbulo de turistas. Entonces comienzan las visitas guiadas, por lo que no hay ningún horario fijo establecido. No se puede visitar por tu cuenta, sólo con guía.


En su interior se encuentran varios museos y estancias importantes:

➤ El Museo de bordados: en él se han agrupado telas de los diferentes priores, destacando el frontal Rico, de finales del XIV y el frontal de Enrique IV.

➤ El Museo de pintura y escultura: cuenta con obras de incalculable valor, con autores como El Greco, Zurbarán, Goya o Pedro de Mena.

➤ El Museo de Libros Miniados: la biblioteca coral del monasterio custodia 97 cantorales realizados en grandes pergaminos, con unas ruedas en su parte inferior para moverlos, así como otros muchos ejemplares más pequeños de los siglos XV y XVI.

➤ El Claustro: con un templete mudéjar en su centro, que data del 1405. El el único sitio en el que está permitido hacer fotos durante la visita guiada.


➤ El Relicario: contiene un montón de reliquias en sus paredes y vitrinas, destacando la arqueta de los esmaltes, donde se guarda el Santísimo Sacramento.

➤ El Camarín de Nuestra Señora de Guadalupe: allí se encuentra la talla de finales del siglo XII, que fue reformada posteriormente para darle estructura triangular.


2. Plaza de Santa María: la plaza que preside el impresionante monasterio, cuenta en su centro con la pila bautismal de los primeros indios que se trajo Colón como esclavos de América. Hoy está llena de restaurantes y tiendas de productos típicos.

3. Hospital de Hombres y Colegio de Infantes y Gramática: el colegio fue fundado en el siglo XVI, en él los religiosos enseñaban humanidades, canto, teología y latín. Justo al lado se encuentra el Hospital de San Juan Bautista (Hospital de Hombres), el primer lugar de España en el que se realizó una autopsia (s. XV) para estudiar medicina. Hoy forma parte del Parador Nacional de Turismo.

4. Iglesia de la Santísima Trinidad: más conocida como Iglesia Nueva, su portada barroca fue realizada por Churriguera. Actualmente se usa como auditorio y sala de exposiciones.

5. Casa de la buena cristiana: el 4 de febrero de 1485, tuvo lugar en esta casa (que anteriormente había pertenecido a una mora convertida al cristianismo) el primer juicio celebrado por La Inquisición contra los herejes.

6. Arcos: son restos de las antiguas puertas del recinto defensivo que tenía el monasterio. Hoy se conservan 5 de ellos: Arco del Chorro Gordo, Arco de Sevilla, Arco de San Pedro, Arco de las Eras y Arco del Tinte.

7. Hospital de Mujeres: de estilo gótico, su construcción se pudo realizar gracias a las donaciones que hizo el rico herrero Juan Jiménez de Córdoba antes de convertirse en fraile jerónimo.

8. Casa de Gil Cordero: supuestamente aquí vivió el pastor al que se le apareció la Virgen de Guadalupe, fruto de la fundación de la ermita primigenia que guardó su imagen.

4. Ermita del Humilladero: a 4 km del monasterio, al final del Camino de Guadalupe, los peregrinos se encuentran en este monte desde el que observar todo el conjunto monástico. En él hay una ermita del siglo XV en estilo gótico-mudéjar.

Qué comer en Guadalupe – Platos típicos de Guadalupe

La gastronomía extremeña es la que predomina en esta localidad, abundando los platos hechos a base de cordero, cabrito, cochifrito, piezas de caza y picadillos. Las migas extremeñas son una delicia que se puede degustar en todos sus restaurantes.

Dos son los platos representativos que más me llamaron la atención de Guadalupe:

😋 Las Morcillas de patata y calabaza.

😋 El Muégado: postre típico elaborado con harina, huevos, miel y frutos secos (muchos dicen que su origen pudo ser hebreo, otros dicen que se hacía desde la época prerromana). Se venden de todos los tamaños. 





Qué ver en Cáceres en un día - Itinerario


Aunque Cáceres bien se merece más de un día para poderla ver con detenimiento, si no dispones de mucho tiempo, aquí te dejo el itinerario que hice yo, por si te sirve de inspiración. 


Esta ruta es circular, comienza y acaba en la Plaza Mayor y recorre el casco antiguo, Patrimonio de la Humanidad.


Qué ver en Cáceres

La Plaza Mayor se encuentra fuera de la muralla, esta plaza rebosa de alegría y de gente. Bajo sus soportales hay un montón de bares y restaurantes. Yo comí en el Requeté, bastante barato y de buena calidad. 




Luego subí por una cuestecita para entrar en la Ciudad vieja a través del Arco de la Estrella, de 1726 y que cuenta con una imagen de esta Virgen.


Una vez dentro del casco histórico, fui a la Oficina de Turismo para que me dieran un plano y me informaran un poco de la zona. Después me dirigí a la Torre de Bujaco, una construcción defensiva árabe del siglo XII. Allí está el Centro de Interpretación de las Tres Culturas. Lo más interesante es que se puede subir y visitar un tramo de la muralla para tener unas buenas vistas del conjunto. La entrada cuesta 2’50€.




Tras hacer unas cuantas fotos, en pocos metros llegué a la Plaza de Santa María, donde se pueden ver bastantes monumentos. Yo comencé por el Palacio Episcopal, del siglo XIII (gótico-renacentista) y me desvié un poco para hacia el Palacio de Carvajal. Los Carvajal lo construyeron en el siglo XV para estar cerca de la Concatedral. Dentro se puede visitar el patio, unas salas que pertenecen al centro de Interpretación de la provincia y el jardín, en el que hay una higuera con más de 300 años. Entrada gratuita.



Volviendo sobre mis pasos, llegué de nuevo a la Plaza de Santa María para ver la Concatedral de Cáceres, el templo más antiguo de la ciudad. Su estilo es románico de transición al gótico. En una de las esquinas de la iglesia aparece la estatua de bronce de San Pedro de Alcántara. Dentro hay un retablo de madera de roble impresionante. La entrada cuesta 4€.


Esta laza y la siguiente está plagada de un montón de palacios y edificios importantes, como el Palacio de los Golfines de Abajo, la Diputación, la sede del Ministerio de Fomento… Pero mi siguiente parada fue una calle que me hizo gracia al leerla en el plano: la Calle del Mono. Cuenta la leyenda que allí vivía un matrimonio que tenía como mascota a este animal. La mujer tuvo una aventura y se quedó embarazada de su amante. Cuando dio a luz a un niño, el mono muerto de celos, lo tiró por la ventana.



Pronto se llega a la Plaza de San Jorge (Patrón de la ciudad), donde se encuentra la Iglesia barroca de San Francisco Javier, del siglo XVIII, y conocida como la iglesia de la Preciosa Sangre porque la custodian los padres misioneros de la Preciosa Sangre. Llama la atención porque tiene dos torres de color blanco que contrastan con el resto de los edificios.





Subiendo por uno de sus laterales está el Museo de la Semana Santa, ubicado en la cripta de la iglesia. En él se puede ver una muestra de los hábitos de Semana Santa y hay varios audiovisuales relacionados con este tema. Es pequeñito, por lo que la visita no dura mucho. Pero, lo verdaderamente interesante de este recinto es que permite también acceder a un aljibe del siglo XVIII que está situado debajo del antiguo colegio de formación de novicios. La entrada es gratuita.



Mi siguiente visita fue la Plaza de las Veletas, allí está el Museo de Cáceres. A través de sus salas se puede tener una visión muy buena sobre la ciudad, su historia y sus costumbres.




Lo mejor de este museo se encuentra en la planta baja. Sobre los restos de la antigua alcazaba se abre paso un maravilloso aljibe del siglo XII, que dicen que es el segundo más grande del mundo, después del de Estambul. Los guías van organizando grupos para poder visitarlo, aunque no te hayas unido a ningún grupo de visita. El pasillo de entrada es estrecho y no quieren que se amontone la gente. Esta idea es excepcional porque así se disfruta mejor de las vistas y se pueden hacer unas rápidas fotos con la tranquilidad de que no haya decenas de personas empujando. El lugar es muy mágico y la entrada es gratuita. Detrás del museo se ubica la antigua zona judía, con su sinagoga, ahora Ermita de San Antonio. Si tienes tiempo merece la pena desviarse un poquito del camino para verla por fuera.


La entrada que compré en la Torre de Bujaco, también incluía la visita al Baluarte de los Pozos, en pleno Barrio de San Antonio, por las calles de la judería. Allí se puede entrar a una torre almohade del siglo XII que protegía unos pozos estratégicos que abastecían a la ciudad en caso de asedio militar. También se puede bajar al jardín para admirar las vistas.




Volví por mi camino para llegar a la Plaza de San Mateo, con su iglesia gótica con portada plateresca, el Convento de las Clarisas y el Palacio de las Cigüeñas en una esquina.

En frente del Convento de las Jerónimas, verás a un lado el Palacio del Comendador de Alcuéscar, hoy Parador Nacional de Turismo, y la Casa de los Perero, del siglo XIII.


Para acabar mi visita llegué al Palacio de los Golfines de Arriba, construido por la misma familia que había hecho el Palacio de los Golfines de Abajo cuando se trasladó para está más cerca de la Iglesia de San Mateo.
Finalmente bajé por donde había entrado a la Ciudad Vieja, por el Arco de la Estrella y tuve la ocasión de comprar algunos recuerdos y productos típicos en la tienda del centro que vimos más barata y con un nombre curioso: El Mangurrino de la Estrella (Plaza Mayor, 7).

La verdad es que aproveché mucho la visita. Cuando empezó a atardecer, antes de volver al hotel, hice alguna rutilla por el Monumento Natural de Los Barruecos, que también te lo recomiendo con pasión.